En un pequeño pueblo de Granada, habían tres barrios a los que llamaban las Tres esquinas. Pero cada barrio le puso su nombre; El de los judíos que le llamaron judería, ala de los musulmanes moriscos y el de los cristianos lo llamaron Plaza mayor.
La casualidad es que lo único que los unía era una plaza circular en la que llegaban a los extremos de los barrios.
Una vez Joan, un niño judío se perdió en aquella placita. También lo hicieron Abél que era musulmán y Rosa que era cristiana. Cerca de unos frondosos arbustos se paro a descansar Joan. Al lado opuesto del arbusto lo hizo Rosa. Y Abel en un extremo. El primero de darse cuenta de los presentes fue Rosa. Luego Joan y al mismo tiempo Abel. Comenzaron a hablar sobre su vida sin haberse conocido.
Jugaban a juegos populares como el escondite o la comba.¿Sabrían que eran de culturas diferentes?Un día cualquiera estaban jugando en la plaza mayor en la que el papa del papa estaba sentado en un banco. Observo al grupo de niños y conocía a los tres. Se dio cuenta de que eran de culturas diferentes. Judía, Cristiana y Musulmana.
En su misa de todos los domingos comento la imagen que había visto. Todos se sorprendieron al escuchar la tan inesperada noticia.
El único tema del que se cuchicheaba en el pueblo era el de los tres chicos.
Al día siguiente al llegar el trio a la plaza se llevaron una gran ovación. Los tres pensaron en por que les estaban haciendo esa gran ovación. El papa les felicito y les comento de que desde 1890 un cristiano, un musulmán y un judío no se habían hablado ni dirigido la palabra.
Todos los asistentes gritaron a coro:
-¡Viva las tres culturas!
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